Por Isidora Olguín
¿Quién no ha escuchado alguna vez frases como: “Chile no existe”, “Chile nunca será un país desarrollado”, “tenemos poca cultura”, “somos pésimos en deporte”, y tantas otras afirmaciones?
Cierto es que nos cuesta afrontar los conflictos sociales como la educación o el transporte, pero si nos comparamos con otros países (las comparaciones no siempre son malas) veremos que Chile no esta tan abajo como creemos, ni en cultura ni menos en economía. Debemos saber que cada país tiene sus propios problemas incluso algunos de Europa, como España, Ucrania e incluso Francia, que tiene problemas políticos y sociales (y estamos hablando de potencias mundiales).
Nuestro país, desde el comienzo de la República, se ha destacado por ser un país sorprendentemente estable. A lo largo de nuestra historia han sido notables las intervenciones de los gobiernos para enfrentar las crisis económicas internacionales. Tal es el ejemplo de las mediaciones desde la crisis de 1876 hasta la más actual, donde el Estado ha sabido reaccionar frente a los déficits económicos, en un mundo donde cada vez se globalizan más las relaciones.
Lo cierto de todo esto es que, como chilenos, nos cuesta asimilar que somos un país que va creciendo rápidamente en materia económica. Claramente no podemos decir que vamos a crecer al 10% todos los años, o que vamos a compararnos con potencias como Estados Unidos en unos años más, pero sí tenemos lo nuestro.
Fuimos nombrados líderes en inversión pública y privada en America latina, estamos en el lugar #19 entre los países con gestiones más eficientes y mejoría en la competitividad, superando incluso a potencias como Japón, Reino Unido, Alemania y Bélgica, en America sólo superado por Estados Unidos y Canadá. Además la Universidad de Chile es número 1 según la Management Science sobre la visibilidad y productividad de las universidades en investigaciones e innovaciones. Importantísimo también es nombrar el recién ingreso del país a la OCDE (sólo compuesta por 33 importantes estados y Chile es el único sudamericano).
Y la lista continúa, porque no sólo en ámbitos económicos avanzamos a zancadas; también vemos un gran avance en el deporte. Chile mantiene el décimo lugar en el ranking FIFA y estos últimos años ha sido ganador de significativos campeonatos internacionales, como el hockey femenino, el campeonato de tenis sub 14 en el pasado agosto de este año y la no menos importante participación en la Copa Libertadores femenina.
Pero falta un punto muy importante: La capacidad que tenemos para afrontar y levantarnos de las distintas catástrofes que a lo largo de nuestros años hemos afrontado. Sonará muy cliché, pero es cierto.
El real problema de Chile no es nuestra imagen internacional, otros países ven a Chile como un Estado bellísimo y desarrollado. El problema es como nos miramos aquí, en nuestro propio país. Pero sólo basta investigar un poco para sacarnos esa idea de mediocridad de la cabeza. Difundamos nuestros logros y quizá nuestro perfeccionamiento resulte mucho más fácil y rápido de lo que es ahora. El desarrollo empieza por casa.
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