9.11.10

Scarleth Cárdenas
"UNO COSECHA LO QUE SIEMBRA"

Por Mª Fernanda Vega

Hay gente que nace teniéndolo todo o en “cuna de oro”. Con asesora de hogar y una madre y padre ausente, ya que están todo el día ocupados resolviendo sus temas de oficina. Hay otros, en cambio, que se crían viendo a la mamá lavar la loza, la ropa, preocupándose de que la pieza esté ordenada, de que todo esté en su lugar  y preguntando si es que tenemos todo listo para el día siguiente. También, que alrededor de las 8 de la noche ven al papá llegar del trabajo, agotado.

Hace un par de días tuve la oportunidad de entrevistar a una gran periodista chilena, que con 12 años de experiencia laboral ha sido capaz de lograrlo casi todo.  Esta profesional relató varias pasajes de su vida, pero lo que quiero destacar es que fue capaz de recordarme (y estoy segura que a mis compañeras también) la importancia de la humildad a lo largo de toda la vida, sin importar si tienes más o menos que los demás.

Es Scarleth Cárdenas, quien desde pequeña gracias a su carisma, impulso y “choreza”, como ella misma señaló, ha sido capaz de ver la vida de una forma que muy pocos pueden. A pesar de haber sido una “cabra chica flaite, que mataba su tiempo colgándose de los árboles en vez de estudiar”, de haber hecho su escolaridad en un colegio municipal y que sus viajes más largos los hizo con un tío camionero, nada impidió que fuera tras sus sueños.

Confiesa que jamás ha ocultado esta parte de su vida a los que la conocen, sino que por el contrario, lo cuenta con mucho orgullo. Agrega que siguió el trayecto que el destino le había trazado y que si bien le costó, demostró con hechos que uno siempre puede lograr lo que se propone, pero sin dejar de agradecerle “a quienes estuvieron contigo apoyándote en todo momento”.

Es por eso que resulta, por decirlo menos, interesante y sorprendente que una mujer tan destacada y relevante a nivel televisivo, cuente abiertamente su vida sin esconder detalle alguno.

Sería bueno entonces que todos aprendiéramos de esto, porque no sabemos que nos deparará el destino, ni las vueltas de la vida. Por lo mismo, ojo porque todo lo que sembremos eso cosecharemos. 

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